Estoy agotada. Hoy ha sido un día muy duro.
Por la mañana, me despedí de Aloe en el museo, era lo
mínimo. Me regaló un libro sobre leyendas de Teselia para que leyese durante el
viaje a la vez que aprendía sobre la región y los pokémons. Todavía no he
tenido tiempo de echarle un vistazo, pero estoy deseando empezar.
Lancé una última mirada melancólica a Ciudad Esmalte antes
de irme hacia el Bosque Azulejo. Voy a echar de menos esa ciudad.
Cruzar el bosque por la ruta rápida es mucho más veloz, pero
menos interesante. Es una carretera recta y asfaltada con un puente, nada más.
El único interés es hablar con los entrenadores.
Pero nada más salir de él, la impresión de contemplar la
enorme franja de agua que separa el este de Teselia con el centro de la Región
es abrumadora. Y además el enorme Puente Saeta intimida un tanto. En la zona de
descanso me orientaron un poco al ver mi cara de sorpresa, y me puse a caminar
por el imponente puente.
Claro, que no hay mucha gente que tenga la “brillante” idea
de cruzarlo a pie como yo. Apenas vi a personas andando, y al principio no le
hice mucho caso, pero luego caí en la cuenta de que el Puente Saeta es
muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy largo. Me llevó un buen par de horas cruzarlo
entero. Suerte que el puente da a parar directo a Ciudad Porcelana y justo a la
salida de él está el Centro Pokémon.
Tras un buen rato de descanso y una buena comida, Snivy y yo
salimos a dar una vuelta por la ciudad. Y me llevé otra impresión: Ciudad
Porcelana es increíblemente enorme. Está llena de rascacielos, carteles
luminosos y tiendas. Temo perderme como me desoriente. Lo bueno es que las
calles son paralelas, así que es cuestión de seguir recto hasta llegar el
puerto.
Por cierto, hay un montón de barcos también. Me encanta la
costa: el olor salino en el aire, el sonido de las olas,… Porcelana es una
ciudad curiosa. Puedes pasar del máximo ajetreo de las calles a la calma de la
zona portuaria.
La verdad, me he pasado el resto del día correteando de un
lado a otro explorando. Hay una tienda de helados con una cola tremenda en la
que he tenido que esperar media hora para comprarme un Porcehelado. Están de
vicio. Y me he encontrado a una chica que me ha arrastrado hasta un edificio
conocido como Centro de Estadística donde me pidió que le ayudase con unas
encuestas. El director del Centro me pidió que lo ayudase con su trabajo y me
instaló una aplicación en el C-Gear para recopilar datos sobre los gustos y
opiniones de los entrenadores con los que me cruce. Además, dijo que me
recompensaría por hacerlo. No pierdo nada por echar una mano mientras viajo.
¿Qué me cuesta preguntar a los otros entrenadores tras pelear con ellos sus
opiniones?
También he descubierto que hay una galería de arte, una
cafetería y una plaza, pero todavía no las he encontrado. Tampoco el Gimnasio.
Y ahora que lo pienso, tampoco he buscado a Camus. Mañana tendré que explorar
mucho más esta ciudad. Pero por ahora descansaré en el Centro Pokémon.
Deséame suerte.
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