En este blog encontrarás FanFictions de los videojuegos de Pokémon. Aunque no pretenden ser un relato de los mismos, contiene spoilers del argumento del juego, así que atención.
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lunes, 22 de octubre de 2012

Cartas de Teselia (capítulo 4)

Hola mamá:
En mi última carta te conté que iba a conseguir el Humo Onírico. Las cosas se complicaron un poco.
Gracias a Snivy y a la MO que conseguí de los Líderes de Gimnasio pude entrar en la fábrica abandonada del Solar de los Sueños. Todo fue bien hasta que escuché el chillido de un pokémon sufriendo. Me encontré a dos miembros del Equipo Plasma golpeando a un pobre Munna, propinándole patadas y golpes ordenándole que les diese Humo Onírico a la fuerza para sus planes. No tuve tiempo para tener miedo, eché a correr a ayudar al pobre pokémon. No pude guardar las ganas de gritar por qué estaban haciendo algo tan atroz si eran ellos los que querían liberar a los pokémon de su sufrimiento. Sus explicaciones no tenían sentido para mí, y ellos tampoco dieron su brazo a torcer, así que sin darme cuenta me vi involucrada en una batalla de dos a uno. Snivy se puso a la defensiva sin ni siquiera ordenárselo yo, así que no me quedó más remedio que enfrentarme a ellos dos cara a cara. Lo sorprendente vino en medio de la batalla.

Ghechis, el hombre de la capa extravagante de Pueblo Terracota, apareció de la nada, apareciendo y desapareciendo al instante, ordenando a sus secuaces que detuvieran sus actos contra el Munna y se retirasen. Un poco confusos, los dos miembros del Equipo Plasma huyeron.
Oryza llegó entonces. Me preguntó si estaba bien y revisó a mi equipo pokémon. De pronto, un Musharna apareció de entre las ruinas de la fábrica para comprobar si su amigo Munna estaba bien. Fue un momento más similar a un sueño que a la realidad. Musharna se acercó a mí y me entregó un poco de Humo Onírico. Creo que fue un agradecimiento por haber ayudado a su amigo.
Según la Pokédex, Munna y Musharna pueden proyectar los sueños de los que se alimentan. Me pregunto si Ghechis fue una proyección de Musharna. Tendría más sentido que pensar que el propio Ghechis se materializó de la nada y detuvo una de sus propias órdenes.
Y ahora que lo pienso, ¿puede ser que Munna o Musharna se encargasen de mis sueños y despejasen mi mente cuando entrenaba? Explicaría el estado de paz mental en el que me encontraba…
Oryza me pidió que me quedase una noche más. La ruta 3 me iba a llevar todo un día, así que era mejor salir de mañana. Aproveché para visitar los jardines y darle un día de relax a mis pokémon. Fue divertido pasar la tarde jugando con Lillipup a ir a por el palo y ver a Panpour remojarse en los estanques y la fuente del parque. Snivy también parecía muy relajado haciendo la fotosíntesis tumbado en el césped. Sigue sin querer tratarme mucho, pero verlo tan tranquilo me ha hecho muy feliz, la verdad.
Al día siguiente partimos de aventura de nuevo. Me despedí de Oryza, le di las gracias por todo y me marché rumbo la ruta 3. Tampoco anduve tanto tiempo, en los alrededores de la ciudad hay una guardería. Bueno, dos: una Guardería Infantil y otra pokémon. Tenía curiosidad, así que me acerqué a echar un vistazo. La dueña de la Guardería Infantil me pilló de sobresalto y me pidió apresuradamente que atendiese a los niños, que tenía que ir a Ciudad Gres de urgencia. No me dio tiempo a negarme. La maestra me presentó y se fue, y yo me quedé de piedra sin saber qué hacer o decir. Por suerte, un niño vio mis pokéballs y me empezaron a acribillar a preguntas sobre si era entrenadora y cosas sobre pokémons. Les presenté a mis pokémons, aunque Snivy se puso a la defensiva y huyó de los niños antes de que le tocasen. Por una vez prefirió estar bien agarrado a mis hombros. Por lo contrario, Lillipup parecía enamorado de los niños, y ellos de él. Con lo juguetón que es y lo que le encantan los mimos, rodeado de ellos se sentía en el paraíso. Se le veía muchísimo más feliz que peleando en el gimnasio.
Mientras jugaban con él, la dueña de la Guardería Pokémon, al parecer madre de la del Jardín Infantil, me contó un poco sobre cómo se encargaban de los pokémons de otros entrenadores mientras ellos estaban fuera. Me dejó ver los pokémon que tenían allí. Estuve jugando con ellos y con los niños de la guardería toda la mañana.
Este dibujo me lo hizo la dueña de la
guardería pokémon como recuerdo
Al volver la dueña del Jardín Infantil decidí que era hora de irme… Pero Lillipup estaba demasiado encantado con los niños, y tanto él como los críos se desanimaron mucho al saber que tenían que separarse. A mí me partió el corazón, así que he tenido que tomar una decisión bastante dura: Le he pedido a las dueñas de la Guardería que se encarguen de él, para que pueda seguir disfrutando de la compañía de los críos. Sé que será más feliz allí que conmigo. Lillipup fue el primer pokémon salvaje que capturé, así que le tengo un cariño especial, pero prefiero que viva lo más alegre posible a tenerlo a mi lado. Además, sé que estará bien.

Un poco apesadumbrada, continué por la ruta hasta que escuché un gran revuelo tras de mí. No me dio tiempo a girarme, alguien me empujó al suelo. Apenas me dio tiempo de ver a dos miembros del equipo plasma huir con una jaula en las manos hacia una cueva en la ruta. Enseguida apareció un chico de mi edad, de pelo negro y gafas, corriendo a toda prisa. Iba acompañado de un niño algo más pequeño que yo, llorando tras de él. El mayor me ayudó a levantarme, preguntándome si estaba bien y presentándose como Cheren. Asentí, y me explicaron que el Equipo Plasma le había robado su pokémon al niño. Cheren me preguntó si era entrenadora. Le dije que sí, y no me dio tiempo a añadir nada más, tiró de mí diciéndole que le ayudara. Malamente pude decirle que había visto al Equipo Plasma entrar en la cueva de la ruta y ya tiró de mí hacia ella.
Justo en la entrada me dijo que era la Cueva Manantial. Me preguntó si mis pokémons estaban en forma, yo asentí, y entramos a la vez dentro de la cueva. Intentamos pararles los pies a los dos ladronzuelos, pero ellos se resistieron alegando que robar pokémons era un modo para liberarlos. ¿Cómo va a ser bueno para un pokémon ser separado a la fuerza de su entrenador? Cheren se encargó de uno de los miembros del Equipo Plasma mientras yo me enfrenté al otro. No fue una batalla difícil, entrenar para el Líder de Ciudad Gres nos había hecho más fuerte.
Apenas había terminado mi batalla, otros dos miembros del Equipo Plasma aparecieron para hacerle el relevo a sus compañeros. Snivy y el Tepig de Cheren ya estaban un poco cansados, así que unimos fuerzas y nos enfrentamos a ellos en combate doble. Combinando la fuerza de nuestros pokémons, fuego y planta, fue mucho más sencillo acabar con ellos. El Equipo plasma se dio a la fuga, dejando atrás al pequeño Patrat robado. Nos encargamos de calmarlo y salimos de la cueva.
Ya más relajados, Cheren y yo nos presentamos en condiciones. Al parecer, él también es un entrenador novato, al igual que yo. Apenas hablamos poco, fuimos rápido a entregar a Patrat a su dueño. El niño pareció encantado. Cheren y yo intercambiamos nuestros números de Videomisor y nos despedimos. Él se fue con el niño a llevarlo a casa, y yo emprendí mi camino de nuevo.
El resto del día no tiene nada mucho más relevante. Lo único es que he capturado un Pidove. Con tantas emociones fuertes no pude terminar la ruta ni corriendo. 
Hoy voy a acampar bajo las estrellas. Va a ser la primera vez que lo haga en serio, no las miles de ocasiones que lo hice en el jardín de casa. Aunque creo que me valieron de entrenamiento para esta acampada al aire libre. Me alegra saber que me han servido de ayuda.
Estando sola en medio de la Ruta 3 echo de menos estar en casa, estar contigo, la seguridad del hogar. Pero creo que me gusta hacer este viaje. Mis pokémon me acompañan y me cuidan, algunos más cariñosos que otros. Y estoy madurando. Tenía mis dudas de si quería en realidad hacer esto, si podría lograrlo estando sola. 
En realidad, quise hacer esto, empezar mi viaje y hacerme entrenadora, porque ese era tu sueño de niña. Cuando me contabas de pequeña que tú no habías podido ser entrenadora me daba mucha pena y me dije que cumpliría tu sueño por ti. Esa fue mi primera motivación para querer aprender de los pokémons. Pero he descubierto nuevos motivos, motivos propios, que me hacen sentir que este es mi destino.
He tenido problemas, me he enfrentado a algún que otro peligro, pero empiezo a estar a gusto con esto. Me estoy volviendo responsable, autosuficiente, independiente, y sí, un poco descarada. Ahora sé que quiero seguir con este reto.
Me he hecho la cena, la de mis pokémons y los he curado. Y ahora me voy a dormir. Estoy cansada, hoy ha sido un día de mucho ajetreo, y mañana quiero madrugar para llegar enseguida a la próxima ciudad. Te escribiré en cuanto tenga novedades.
Un abrazo desde mitad de Ruta 3


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